Esta pregunta me la han hecho muchos alumnos/as a lo largo de los casi 14 años que soy preparador de oposiciones para las administraciones públicas. Para ello, debería plantear la cuestión desde el punto de vista de las ventajas que me puedo encontrar si me convierto en funcionario/a del Estado.
En primer lugar, estas oposiciones son una buena oportunidad para acceder a la función pública dado el gran número de plazas que se convocan. En concreto, el pasado 25 de mayo de 2022, en una Oferta de Empleo Público histórica, se aprobaron 6.529 plazas entre Administrativos de Estado y Auxiliares Administrativo de Estado. Los exámenes para estos procesos de selección están previstos que se convoquen en diciembre de 2022 y se realicen en mayo de 2023, con lo que si estás pensando en convertirte en funcionario/a esta es una oportunidad única.
La segunda ventaja que podemos destacar de estos procesos selectivos es el hecho de que hablamos de oposiciones “puras”. ¿Esto qué significa? Que nos presentamos a un examen en igualdad de condiciones al resto de candidatos, sin tener en cuenta méritos como la experiencia en la administración, idiomas, formación, etc. Como ventaja, es una gran oportunidad para aquellos que nunca han trabajado en la administración pública y se quieren labrar una senda de estabilidad profesional.
Las tercera de las ventajas que destacaría serían de índole social, económico y laboral. ¿Quién de vosotros no se ha planteado una estabilidad de horarios que me permita conciliar mi vida personal, laboral y familiar? ¿Quién no se ha planteado tener una retribución estable, justa y atractiva? ¿Quién no se planteado tener un amplio elenco de derechos como vacaciones, permisos y licencias?
Todo ello y más nos lo podemos encontrar al trabajar para la Administración del Estado. Horarios flexibles que permiten conciliar la vida de las personas. Amplias vacaciones y permisos retribuidos (como mínimo y según los años trabajados en la administración 22 días hábiles de vacaciones y 6 de asuntos particulares). Posibilidad de movilidad permitiendo que los funcionarios/as puedan cambiar de destino a través de concursos de traslados, comisiones de servicios, etc. O, por ejemplo, igualdad de retribuciones entre hombres y mujeres teniendo, además una estabilidad profesional conservando el puesto de trabajo.
Pero, ¿hay más ventajas por ser administrativo o auxiliar administrativo del Estado? Yo diría que sí. Estas ventajas que voy a describir las englobaría en un cuarto grupo. Son aquellas ventajas indirectas por ser funcionario del Estado. Una de ellas tiene que ver con la estabilidad profesional. Aquellos funcionarios/as del Estado que quieran acceder a una financiación bancaria se encontrarán con mayores facilidades dado que los bancos les resulta muy “atractivo” un cliente con las retribuciones y seguridad que le facilita el trabajar para el Estado. Por otra parte, nos encontramos las ventajas de la salud. Y os preguntaréis, ¿qué tiene que ver el trabajar como auxiliar o administrativo de Estado con la salud? La respuesta es un menor nivel de estrés profesional. La estabilidad profesional, las casi nulas posibilidades de pérdida de la condición de funcionario/a (salvo sanción disciplinaria muy grave), menores controles en cada acción que desarrollemos (no significa que no hayan controles a los funcionarios/as) que permiten una mayor libertad de acción en el trabajo.
En resumen, hemos comentado cuatro situaciones en las que podemos encontrarnos un elenco de ventajas que nos permite ser funcionario/a de Estado, ventajas tanto directas como indirectas.
Si tienes alguna duda estaré encantado de ayudarte a resolverlas en Beta Formación.
Josep Manuel Hernández- Docente de oposiciones en Beta
Ldo. en Derecho – Máster en Abogacía – Máster en Dirección Financiera – Funcionario A2 Ayto. Alberic